HIPERTENSIÓN ARTERIAL
¿Qué es?
La hipertensión (presión arterial alta) es una enfermedad frecuente, que pone en riesgo al paciente de presentar problemas del corazón, de los riñones, de los ojos y de tener infartos y/o hemorragias cerebrales.
Ocurre cuándo la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias es lo suficientemente alta como para condicionar los problemas de salud descritos previamente. Generalmente no causa síntomas.
En general, se acepta que existen dos tipos de hipertensión arterial, la primaria o esencial y la secundaria dependiendo de si tienen o no una causa directa.
Hipertensión esencial o primaria:
Se desarrolla con el paso de los años, no tiene una causa identificable y corresponde a la mayoría de los casos de hipertensión en el adulto.
Hipertensión secundaria:
Aparece de forma más “súbita”, tiene una causa atribuible directamente y en la mayoría de los casos las cifras de presión son más elevadas que en la esencial, cabe destacar, que algunas de sus causas son reversibles y por tanto, existe probabilidad de “curar” la hipertensión.
Entre las causas más frecuentemente observadas en el adulto, podemos mencionar:
+ Enfermedad de los riñones.
+ Tumores
Problemas de tiroides (hipertiroidismo).
+ Trastornos del sueño (apnea obstructiva).
+ Tumores
+ Coartación aórtica (defecto congénito de la arteria aorta).
+ Medicamentos (por ejemplo: pastillas para bajar de peso, anticonceptivos, algunos antigripales, etc)
+ Drogas
¿Quién tiene más riesgo de ser hipertenso?
Si bien, muchas personas pueden tener presión arterial alta, existen factores que aumentan el riesgo de padecerla, entre ellos algunos se pueden modificar y otros no, algunos de los más frecuentes son:
No modificables
+ Edad.
+ Mayores de 65 años.
+ Antecedentes familiares.
+ Otras enfermedades como diabetes mellitus o enfermedad renal.
Modificables
+ Sedentarismo (falta de actividad física).
+ Sobrepeso u obesidad.
+ Consumo de tabaco.
+ Mala alimentación.
+ Dietas altas en sodio o bajas en potasio.
+ Consumo excesivo de alcohol.
+ Niveles altos de estrés.
¿Cómo se sospecha y diagnostica?
La mayoría de las personas con presión arterial alta no presenta ninguna molestia, incluso cuándo tienen cifras de presión muy elevadas. Algunas personas pueden quejarse de dolor de cabeza por las mañanas, ritmo cardiaco irregular, dificultad para respirar, zumbido de oídos o sangrado nasal. Al no presentar síntomas, generalmente se detecta de forma accidental (toma aleatoria de presión, en donde se encuentra elevada) o en revisiones médicas rutinarias.
La lectura de la presión arterial se determina en milímetros de mercurio (mmHg), el paciente debe estar en posición sentado y en reposo por más de 20 minutos. La medición de presión tiiene dos cifras, un valor superior (presión sistólica) que mide la presión en las arterias cuando el corazón se contrae y el valor inferior (presión diastólica) que mide la presión en las arterias cuando el corazón se relaja.
De acuerdo a las guías de práctica clínica de la sociedad americana del corazón, la presión arterial e hipertensión se clasifican de acuerdo a las cifras de presión promedio que tiene cada paciente, agrupándose de la siguiente manera:
Categoría | Presión sistólica (mmHg) / Presión diastólica (mmHg)
Presión arterial normal <130 y <85
Presión arterial normal alta 130-139 y/o 85-89
Hipertensión grado 1
140-159 y/o 90-99
Hipertensión grado 2 ≥ 160 y/o ≥ 100
¿Cuáles son las posibles complicaciones de tener la presión arterial alta?
La presión arterial alta en forma sostenida puede dañar múltiples órganos y vasos sanguíneos.
Entre los problemas más frecuentemente asociados encontramos:
+ Dolor de pecho (angina) e infartos cardiacos.
+ Aneurismas y hemorragias cerebrales.
+ Infartos cerebrales
Insuficiencia cardíaca.
+ Enfermedad de los riñones.
+ Pérdida de la visión.
+ Demencia.
¿Cómo puede reducirse la carga de presión arterial alta?
Es muy importante mantener la presión arterial en cifras normales durante la mayor parte del día, para así evitar complicaciones a corto y largo plazo.
Entre las medidas efectivas para conseguirlo se encuentran:
+ Disminuir la ingesta de sal (menor a 5 gramos al día).
+ Dietas específicas (por ejemplo la dieta DASH).
+ Consumir más frutas y verduras, limitar la ingesta de alimentos ricos en grasas saturadas y eliminar o reducir las grasas trans de la dieta.
+ Realizar ejercicio cardiovascular de manera regular.
+ No fumar.
+ Disminuir el consumo de alcohol.
+ Tomar estrictamente los medicamentos prescritos por su médico para el control de la presión.
Nota importante:
La información aquí escrita tiene como objetivo ayudar a la educación del paciente y mejorar su conocimiento de la enfermedad. No debe utilizarse para fines de diagnóstico o tratamiento, por lo que recomiendo, si usted o alguien al que conoce presenta alguno de los síntomas o enfermedades descritas acuda con un profesional de la salud especializado en el tema.